En la provincia de Neuquén, en el sur argentino, se cree que hay un tipo de piedras negras (conocidas como melimilla) que tienen en su interior apresada el alma de un brujo.
Para los guaraníes, hay una figura primigenia: el picaflor.
Esta leyenda hace referencia a un helecho de tamaño considerable (llega a medir 2 metros de alto) al que los indígenas mocovíes, que habitan al norte de Argentina, llaman Iobec Mapic.